Cinco canciones-actings de dúos
El dúo tiene sólo razón de ser en la música para las canciones-actings de amor. Tienen a favor que las dos voces de la batalla amorosa sean escuchadas, no sólo la mirada parcial de un tanguero llorando o una millonaria despechada hablando de guita (perdón, Shakira, alguien te lo tenía que decir).
Las canciones-actings no son sólo de despechos, a veces son también empalagosas y otras cursi. En cada zona del subgénero hay joyas. Elijo cinco pero podrían ser mil.
1) 1997 (La Foca con Alfonsina, 2019)
“Quisiera repetir
Lo que quiero decir
Ya di vuelta la cara tres veces
No te vayas a ir”
Federico y Alfonsina cantan a la vez esta hermosa canción usando el dúo como una evocación. No es una canción de diálogo.
“Todos las vidas
Se estremecen
Todas las vidas
Se parecen, al terminar, a vos”
Es él quien recuerda, en un proceso de duelo en altavoz, con el replique de la voz femenina en su cabeza acompañándolo en toda la letra excepto cuando él queda solo diciendo “a vos”. Ese detalle, tan sutil, revela la situación fantasmática de la fémina (además del hecho de que Alfonsina la canta como una espectra). Romanticismo gótico uruguayo.
Agregan:
“El daño es el olvido
Te voy a llamar, lo voy a escribir”
Y después de escribirlo, de convocarla, en la última vuelta del estribillo ella también canta el “a vos” y se da otra vez la magia de la reciprocidad.
2) Bonnie and Clyde (Serge Gainsbourg & Brigitte Bardot, 1967)
Gainsbourg y Bardot van contando la historia de Bonnie & Clyde sobre una música en loop. La gracia es que Serge susurra sensual y Brigitte canta mal (o sea, canta genial, pero es un tema para otro momento). El feo bello y la bella fea. En ese juego de completud, la canción habla de amor y muerte, como este newsletter, que es la completud total. Gainsbourg despues hizo la canción del incesto con la hija, la Marsellesa en reggae y otros deslices por la canaleta del espantaviejismo que no terminaron de apagar su gran obra de los primeros años.
Pero cómo no vas a poner Je t'aime moi non plus, va a decir alguno o alguna. Y yo comentaré: Jane Birkin es mucho más interesante que Brigitte Bardot y esa canción fue grabada por las dos, pero, PERO, me hace acordar a un vinilo que se llamaba “ Cuando gimen los colchones” que alguien en Mercado Libre vende a 5 mil pesos.
3) Recompensarte (La Bien Querida & Jota, 2017)
Ella:
“Te di todo lo que tenía
Lo bueno, lo malo, lo que sentía
Y mientras tanto, tú de romería
Y entre aplauso y aplauso se te iba la vida”
Él:
“Lo sé, no me hagas arrodillarme
Que sí, que ya lo he pagado con sangre
Me vas a perdonar, voy a recompensarte
Ayer me equivoqué, hoy sólo quiero adorarte”
El viejo tema del error y el arreglo. La rigidez versus la flexibilidad. En un mundo tan complejo, tan de almas secas, de burócratas que denuncian y gente que elige identificarse con la frialdad del consumo, la escena del arrepentido es otra escena de seducción. Sabemos que ella en realidad no dió todo lo que tenía y él dice que lo pagó con sangre pero le quedan varios glóbulos rojos. El contrato del disimulo que es necesario para sostenerse en el tren de Eros y surfear a Tánatos.
Los dos juntos cantan:
“No sé qué me pasa contigo
Enciendes la llama del amor que hay en mi corazón”
Y bueno, ya se sabe: con el fuego se cocina, se calienta, se termina en el Instituto del Quemado, en el crematorio o se escribe una metáfora de la pasión.
4) Corazon (Dani Umpi, Goro Gocher, 2022)
A Umpi lo quiero desde hace mucho tiempo (banqué bullying por vos, Dani). Es uno de los de mi generación que llevaría en mi arca.
Dani y Goro son pareja. En Instagram se muestran felices en Punta del Este. Una versión glam de La Hermana de la Coneja. El año pasado grabaron juntos esta canción que arranca con un piano y se le suma un bombo house. Ya es una buena noticia.
Dani dice:
“Tu mano me arranco el corazón
y me di cuenta que era marrón
y no tan rojo como
lo dibujabas vos”
La hemoglobina oxidada como metáfora. En la segunda vuelta el rencor agrega más detalles:
“ (...) marrón, cacao extra fuerte, amargo como vos”
Goro le responde que:
“Creo que he cambiado
ya no te mando rosas
ni en las fechas más mimosas”
El amor se fue, son cosas que pasan. Pero no se van. Están los dos en la escena del corazón enchastrado y la retórica que involucra lo que dice un tercero, “el del chino”. Hay pases de facturas y la vuelta a la hoja en blanco.
Goro:
“Me siento algo cornudo honestamente
las cosas que ocurrieron ya no las tengo presentes
volviste solo para tener
una revancha
Y todo volvió a ser como era antes
el perro guau, el gato miau”
Finalmente, los dos acuerdan, cantan a la vez:
“y si no estamos nosotros,
para qué existe Hawaii”
Hawaii existe como bungalow de los restos, de los ectoplasmas relacionales. Es algo.
5) Sand (Lee Hazlewood & Nancy Sinatra, 1968)
Nancy & Lee podrían haber copado esta edición por completo. El cowboy y la hija con desparpajo del famoso. Está Sand acá porque musicalmente es un pop western morricone hermoso. Uno escucha la cámara lenta, los planos de Sergio Leone. Y ese cowboy que se hace llamar “Sand” y claramente es viejo, porque a la mujer la llama “young woman”, tiene lo que ella quiere. Un poco siempre se trata de eso, aunque pocas veces se tiene, y definitivamente nunca se posee para siempre. Es una canción sobre el contagio pasional. Aparece el fuego otra vez (ella tiene fuego, él tiene el corazón helado, el amor como leyes de la termodinámica). Se me ocurre una interpretación caprichosa: Nancy es una Cautiva. Una cautiva que cautiva.
Hasta la próxima entrega.