Navidad
1.
Navidad es el último concepto más o menos lindo que nos queda. Si se es católico, implica un nacimiento. Si se es esclavocapitalista (hoy también autodenominados anarcocapitalistas) es esa oportunidad única de tener una guardia de consumo de 24 horas en los shoppings. Si se es niño, se vive un momento pavloviano de felicidad. Y si se tiene una relación diplomática con la religión, el capitalismo y Pavlov, la navidad es un momento de playlists.
Este año que pasa, murió un héroe de las playlists navideñas. Shane MacGowan se nos fué con bellas imágenes de su funeral (Nick Cave cantando en la iglesia, Johnny Depp llevando el ataúd de mimbre con el resto de los Pogues) y la noticia de que dejó pago 12 mil libras esterlinas de los tragos en su honor. No sé qué espera Francisco para beatificarlo.
Fairytale of New York tiene todo lo que una canción de navidad tiene que tener (excepto los cascabeles). El título ya pone esa distancia épica de “cuento de hadas” en el exilio. De entrada se plantea contar una historia marcada por el final. Era Nochebuena. En el tanque de borrachos un viejo me dijo, “no veré otra”. Y luego cantó The Rare Old Mountain Dew. Aparté la cara y soñé contigo.
Así se escribe sobre la tristeza y lo amoroso de navidad, Dickens.
La chica invitada a cantar con los Pogues es Kirsty Anna MacColl, que debe haber recibido en el cielo a MacGowan cantándole su versión de A New England
2.
En los 90s construimos nuestras defensas de cinismo y autosuficiencia para no morir de amargura. Y si bien muchos temas clásicos de la sociedad ni se nombraban en los nuevos marcos culturales, la Navidad atravesaba todo. Desde la navidad donde el padre llegaba borracho de A77aque (que salió el mismo año en que los Ramones cantaban lo de “Feliz Navidad, no quiero pelear hoy” y que Menem ganaba las elecciones).
En el 2005 El Mató sacó el EP Navidad de reserva, que sonaba medio super indie mogwai - guided by voices. Recordemos que Mogwai (banda) se puso el nombre por los Mogwai (especie a la pertenecen los Gremlins, gran película de Navidad).
La cuestión es que en Navidad es el momento donde más libros se venden y donde más discos se vendían antes de que los discos dejaran de venderse masivamente. Salían muchas ediciones sólo para las fiestas. Una de ellas fue “Navidad con Waldo de los Rios” (1973)
La tapa parece hecha a las apuradas, como quien compra los regalos el 24 a la mañana: sobre un fondo blanco, aparece bien grande un NAVIDAD CON y más abajo “Waldo de los Ríos”. En el medio hay una rama de muérdago y ¿mirra?. El detalle de autor del diseñador es armar un peep hole en la O de “CON” por donde vemos a Waldo. En la edición inglesa, dice CHRISTMAS WITH y como no hay “O”, el peep hole se arma en la “C”.
La primera canción de este disco navideño es The Little Drummer Boy, una bellísima canción navideña que en los 90s (fue larga la vuelta pero volvemos al comienzo del apartado) grabó Flaming Lips, una banda que antes de morir de embole con The Soft Bulletin o el experimento super demandante e hincha pelotas de los 4 discos de Zaireeka!) era super vital y navideña. Clouds Taste Metallic es un disco de navidad sin ser un disco de navidad. The Abandoned Hospital Ship, la bellísima canción con que arranca, sin ir más lejos (¡ese final con campanas!).
3.
El público se renueva y no se puede hablar de Waldo de los Ríos sin citar dos cosas: la música que compuso para “¿Quién puede matar a un niño?” y la crónica de un diario español sobre su muerte (1977):
"Sobre las once y media de la noche del lunes, dos amigos del compositor argentino, Eladio Blázquez y Eduardo Lopesino, acudieron al chalet El Olivo, para visitar a Oswaldo Nicolás Ferrando, verdadero nombre del artista. Ante las llamadas, a las que no respondía nadie, los visitantes entraron en la casa que el músico tenía por costumbre dejar abierta. Sobre la cama, boca arriba, vestido de calle, con las gafas puestas y con el lado derecho de la cabeza destrozado, Waldo de los Ríos fue encontrado muerto"
(...)
"Avisada la policía varios funcionarios se dirigieron al chalet situado en una zona residencial. Según manifestarían después tuvieron grandes problemas para entrar, ya que seis perros guardaban la casa. Una vez reducidos, los policías encontraron el cuerpo del compositor, en cuyo lado derecho había una escopeta de caza, de dos cañones y de calibre doce. Fuentes policiales ampliarían posteriormente que el arma apuntaba al lado derecho de la cabeza y que estaba sostenida por la mano del compositor fallecido. 'En principio parece un suicidio. De todas formas la investigación no ha concluido todavía'"
(...)
"en su coche, un Lamborghini Jarama, de color verde, conduciendo bruscamente por la urbanización. Sobre las cuatro y media llegó a su casa, donde frenó violentamente su automóvil y saltó, como hacía últimamente, la cancela de su casa."
"Otras informaciones recogidas apuntan a que el compositor podría estar verdaderamente enfermo, causa de su disminución de peso y de la vida especial que llevaba en las últimas semanas. Había sido visto, según las citadas fuentes, varias veces en locales pintorescos madrileños en compañía de jóvenes amanerados. Esta situación, no se sabe si atribuida únicamente a una enfermedad, pudo provocar que el lunes decidiera poner fin a su vida"
Todo eso que acontece en esta crónica debería haber ocurrido la nochebuena, pero ocurrió en marzo. Pifió el tempo ahí Waldo.
4.
El cine de Navidad (antes mencioné Gremlins al pasar) es otro momento importante en las horas que preceden al Momento de la medianoche del 24 de diciembre. Antes, toda la ansiedad y las horas que pasan lentas. El 25, toda la resaca y las horas que pasan más lentas todavía. ¿Y qué hacemos para ocupar el tiempo? Ver películas. Ayer puse en el buscador de Radio Garden una radio de Irlanda que era toda sobre Navidad. No estaban pasando los Pogues pero hablaban de una trivia navideña donde se nombraba Mi Pequeño Angelito (¿es mejor o peor que Home Alone?). Está bien, hemos visto Mi Pequeño Angelito con los herederos alguna navidad. Pero tengo otras dos películas de navidad preferidas. No son ni los melodramas de historiaficción católicas ni las fábulas mercantiles que giran alrededor de los regalos y la estructura logística monopólica de Papá Noel.
Mis películas de navidad preferidas son una obviedad, espero no se hayan generado expectativas: una es Duro de Matar (ayer recibí el regalo de la remera con su anuncio original publicado en los diarios de Argentina, gracias “gente de Morbo”). Con Duro de Matar aprendí la estructura de un guión, por eso la quiero de grande (gracias otra vez “gente de Morbo” por aquel taller genial de hace mil años).
La otra es Plácido (1961), del genio de Berlanga. Plácido se iba a llamar “Cene con un pobre”, un titulo muy Grabois, pero al final quedó Plácido que es más sutil. Es una gran comedia coral con el humor negro y la inteligencia de las películas de Berlanga.
Pongo el link por si les pinta:
https://ok.ru/video/1528136338026
5.
Finalmente, ayer recibí un mensaje de facebook de la cuenta de Carlos Franzetti (ver entrega anterior). Decía: “Felices Fiestas!”. Le respondí: “Felices Fiestas para vos también, Carlos!”.
Y aprovecho y les digo a ustedes: ¡Felices Fiestas!