Palomas
1. Las palomas padecen la aburrida fealdad de la masividad. No ayudan ni sus plumajes descoloridos, ni su canto: un zureo que se parece a un viejo puteando por lo bajo. Sin embargo, frente a tan poca cosa, se las ingenió para tener un sobrerrepresentación simbólica. La paloma de la paz, por ejemplo. Una paloma blanca con una rama de olivo en el pico. Esa parte de la Biblia dice así:
Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho y soltó un cuervo, el cual estuvo volando de un lado a otro a la espera de que se secara la tierra. Luego soltó una paloma para ver si las aguas que cubrían la tierra ya se habían retirado. Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse y volvió al arca porque las aguas aún cubrían la tierra. Noé extendió la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca. Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma fuera del arca. Caía la noche cuando la paloma regresó trayendo en su pico una hoja de olivo recién cortada.
El detalle del cuervo es poco claro. ¿Por qué Noé confió en un cuervo antes que la paloma? ¿Y qué pasó después? ¿Por qué cambió de opinión? Otra curiosidad es el final de la historia:
(Noé) Esperó siete días más y volvió a soltar la paloma, pero esta vez la paloma ya no regresó
Así que la paloma de la Paz se las tomó. O se la comió el Gato de la Discordia.
2. La función utilitaria de la paloma de Noé se reprodujo muchos años después en una dimensión témporo espacial diferente a la de la Biblia, la realidad, en los experimentos de Skinner, padre del conductismo. Skinner metía palomas en cajas que armaba él mismo para que resuelvan situaciones. Buscaba enseñarles ciertos actos utilizando la comida como recompensa. En las fotos se ve a las palomas relajadas, considerando el desafío como un divertimento.
Los experimentos buscaban crear cierto reflejo condicionado y de esa forma manipular la conducta de las palomas. La duda de la elección de las palomas como sujeto de experimentación es que, como lo dice el dicho popular, pocas cosas hay más boluda que una paloma. La rata, por ejemplo, es otra cosa.
Skinner fue tomado por el espíritu positivista a tal punto que desarrolló dos cosas dignas de mención. La primera es que diseñó una caja como la de las palomas pero más grande, para que entre su propia hija. Patentó la idea como un dispositivo que ayudaría en la crianza a padres y madres modernos que necesitaban ocupar su tiempo en trabajar o agendas de ocio.
En octubre de 1945, Skinner presentaba así su idea:
In that brave new world which science is preparing for the housewife of the future, the young mother has apparently been forgotten. Almost nothing has been done to ease her lot by simplifying and improving the care of babies. When we decided to have another child, my wife and I felt that it was time to apply a little labor-saving invention and design to the problems of the nursery. We began by going over the disheartening schedule of the young mother, step by step. We asked only one question: Is this practice important for the physical and psychological health of the baby? When it was not, we marked it for elimination. Then the “gadgeteering” began.
Translateado:
En ese desafiante nuevo mundo que la ciencia está preparando para el ama de casa del futuro, la joven madre aparentemente ha sido olvidado. Casi nada se ha hecho para aliviar su suerte simplificando y mejorando el cuidado de los bebés.
Cuando decidimos tener otro hijo, mi esposa y yo sentimos que era hora de aplicar un poco de invención y diseño que nos ahorrara los problemas de la crianza. Comenzamos repasando paso a paso la desalentadora agenda de la joven madre. Nos hacíamos una sola pregunta: ¿Esta práctica es importante para la salud física y psicológica del bebé? Cuando no era así, la marcábamos para su eliminación. Entonces comenzó el “gadgeteering” (gadget = dispositivo).
Un psicoanalista le preguntaría a Skinner sobre la elección de la frase “Brave New World” al comienzo de su trabajo describiendo la Caja de Niños publicado 14 años después de editada la novela de Huxley. Es interesante porque al leer esa frase hoy, uno puede pensar que lo que sigue es una crítica a la ciencia, sin embargo, Skinner la utiliza como un halago (se repite una constante conclusión: nunca leer el pasado con los valores del presente).
Skinner sabe que lo que propone es novedoso y va a generar reacciones opuestas. Se anticipa: dice que el niño dentro de la caja no queda socialmente aislado ni lejos del amor materno, ya que por la ventana puede ver todo lo que hace la madre, e incluso jugar al peek-a-boo (!). Y remata: “la ventana no es más barrera social que los barrotes de una cuna”.
En 1987, Skinner volvió a defender su invento y cuenta que su hija en ese momento tenía ya 43 años, estaba casada y era artista y escritora (hay que ver si esto demuestra el éxito o el fracaso). En el 2019 el Guardian publicó otra vez algo sobre el tema desde una perspectiva woke -progre- (o sea juzga el pasado desde la moral del presente, que como se dijo, es un error) y Deborah -tal el nombre de la hija de Skinner- dijo “No estoy loca ni muerta, pero estoy muy enojada”. La imaginamos ofuscada del otro lado de la pantalla.
Finalmente, porque podría estar escribiendo sobre Skinner mil años, y volviendo a las palomas, hay que mencionar el proyecto de la Paloma Bomba, desarrollado parcialmente durante la segunda guerra mundial. Al final no lo usaron.
Inevitable no asociar Guerra y Paloma con El Palomo Mensajero y su gran canción de apertura, que en realidad era una adaptación de Tiger Rag. Así, los niños criados del lado de afuera de la otra caja, la tele, absorbíamos combinaciones sonoras que generarían una respuesta positiva cuando años más tarde nos topáramos con la música de Django Reinhardt.
3. Y ahora, la parte del newsletter que todos piden. Los veo picoteando el botoncito de METÁFORAS Y PEQUEÑAS ALEGORÍAS CON PALOMAS.
a) La primera, así me la saco de la cabeza, es “Paloma” de Calamaro. La primera intuición es que acá Paloma se refiere a un nombre y no al animal. Y es así: Calamaro le escribe la canción a una chica ¿Por qué eligió esa ave para nombrarla, dirán ustedes, por qué no le puso “Gorrión” o “Reinamora”? Bueno, parece que la chica se llamaba, efectivamente, Paloma. La poesía de Andrés suele ser bien literal.
Pero si Calamaro eligió ser concreto con el nombre, fue solo para desplegar la alegoría aviar posterior:
No te preocupes paloma
No hay pájaros en el nido
Dos ilusiones se irán a volar
Pero otras dos han venido
Mirá si se la iba a perder.
b) Los que estaban un poco obsesionados con las mujeres y las palomas eran los autores mexicanos del siglo pasado. El mejor de todos, José Alfredo Jiménez, escribió “Paloma querida”, que comienza con una inspiración:
Por el día que llegaste a mi vida
Paloma querida, me puse a brindar
Y al sentirme un poquito tomado
Pensando en tus labios, me dio por cantar
Sigue con una entrega total y una decepción:
Me sentí superior a cualquiera
Y un puño de estrellas, te quise bajar
Pero al ver que ninguna alcanzaba
Me dio tanta rabia que quise llorar
La última estrofa es rara:
Desde entonces yo siento quererte
Con todas las fuerzas que el alma me da
Desde entonces Paloma querida
Mi pecho he cambiado por un Palomar
Releyendo me doy cuenta que, como en una película de Cronenberg, su pecho es un palomar de huesos y carne para que viva la querida paloma junto a su corazón, enchastrada.
c) Tomás Méndez, otro mexicano, escribió no una sino dos canciones a la paloma. Las dos son muy geniales.
“Paloma Negra”, cuya versión elegida en la playlist es la de Chavela Vargas, porque le da un tono más oscuro que la oscuridad.
Ya me canso de llorar y no amanece
Ya no sé si maldecirte o por ti rezar
Tengo miedo de buscarte y de encontrarte
Donde me aseguran mis amigos que te vas
Hay momentos en que quisiera mejor rajarme
Y arrancarme ya los clavos de mi penar
Pero mis ojos se mueren sin mirar tus ojos
Y mi cariño con la aurora te vuelve a espera
La imagen de la paloma negra queda en evidencia en una mezcla de acusación, celotipia y sentencia poética.
Ya agarraste por tu cuenta las parrandas
Paloma negra, paloma negra, dónde, dónde andarás
Ya no juegues con mi honra parrandera
Si tus caricias deben ser mías, de nadie más
Y aunque te amo con locura, ya no vuelvas
Paloma negra eres la reja de un penar
Deja un final abierto a la tragedia:
Quiero ser libre, vivir mi vida con quien me quiera
Dios dame fuerzas, me estoy muriendo
Dios dame fuerzas, me estoy muriendo por irlo a buscar
El narrador nos spoilea con la elección de la palabra “reja” lo ocurrido cuando la canción terminó.
d) Uno podría pensar entonces que que la Paloma Blanca se puede usar para el festejo del amor que la Paloma Negra no otorga, sin embargo en el clásico llamado justamente “Paloma Blanca” se la nombra como “Mi linda paloma blanca” y estrofa seguida “ingrata paloma blanca”. No es una cuestión del color, es la paloma.
“Paloma Blanca” fue compuesta por el paraguayo Elvio Ramón Benítez y fue grabada por muchos artistas populares del chamamé, desde Ramona Galarza a Tarrago Ros hijo, pasando por Tránsito Cocomarola (cuac!). Sin embargo, la versión más conocida es la del genio de la babelización musical: Julio Iglesias. Esas cosas mágicas que pasaban en nuestro querido siglo veinte.
Encontré una crónica muy buena sobre un show de Julio en Paraguay en 1981:
(...) fue una cena show en el Yacht y Golf Club, en la que se cobró una adhesión de G. 12.500. El espectáculo no culminó debido a una torrencial lluvia que cayó mientras Iglesias actuaba. "No me voy hasta que me quede totalmente empapado", dijo el cantante que cantó un buen rato bajo la lluvia. Se despidió con "Paloma blanca", uno de sus principales éxitos de ese entonces, composición del paraguayo Neneco Norton.
Nunca ingrato, Julio. Es mejor que la Paloma.
e) Se está alargando el envío - era previsible- pero no quiero dejar de mencionar algunas exquisiteces palomares más. Volviendo a Tomás Méndez, su otra gran canción sobre el pájaro que nos convoca es “Cucurrucucú Paloma”. Hay mil versiones, rescato dos que tienen un picante extra: la de Caetano en Hablé con Ella, con el cello luchando con sutileza contra los planos de Grandinetti que Almodóvar insiste en poner para arruinar el momento, como un ringtone que suena en un teatro.
Y la de Battiato en La Voce del Padrone que tira cualquiera en la letra hasta llegar a un momento beatle stone rarísimo:
Lady Madonna
I can try
With a little help from my friends
Whoa goodbye Ruby Tuesday
Come on baby let's twist again
Once upon the time you dressed so fine, Mary
Like just a woman
Like a Rolling Stone
f) Otra de mis preferidas entre las preferidas que nombra DOS pájaros es “Gavilán o Paloma” de Rafael Pérez Botija. Elijo la versión de Pablo Abraira (1977). La historia cuenta la historia de un engañador engañado. (“fui paloma por querer ser gavilán”). En España la interpretación ambigua fue entre la posición que decía que se trataba del encuentro entre un hombre experimentado y una mujer más experimentada o, más en modo LGBT, el encuentro entre un hombre heterosexual y una chica trans.
g) Para cerrar, una TEMAZO de La Mona de 1983, “Paloma Loca”. Es una síntesis cuartetera de lo dicho. Está el amor no correspondido, la oferta de un palomar y un orden, no tan cronenbergiano, sino simple, el gavilán como depredador, y la posibilidad de una torre como arca. Toda esta filosofía cantada en una melodía tan bella como las mejores canciones de Madness o los Pogues, grupos que en mi humilde opinión, pertenecen al mismo linaje que el rey del cuarteto cordobés.
Tú eres paloma que vuela
Sin encontrar palomar
Andas perdida en este aire
Por los caminos del mal
Tu no quieres darte cuenta
De que te ofrezco un hogar
De que en el aire te acechan
Las garras del gavilán
Paloma loca paloma
Vente conmigo a vivir
Al palomar que en la torre
He construido para ti
Y así, en un fade out eterno y bien arriba, este newsletter se despide hasta el próximo vuelo.